El regalo más costoso de todos

Ha finalizado esta frenética odisea en las calles de Santiago. La gente ya está en sus casas logrando tomar aliento luego de sufrir el estrés pre navideño; donde las veredas, calles y centros comerciales, estaban atestados de apuradas masas de personas que corrían a comprar -hasta última hora- los regalos para sus seres queridos y no tan queridos.

Esto se debe a que hemos sido educados para demostrar el cariño a otro ser humano a través de un objeto. Se supone que mientras más valor este tenga, más cariño existe entre una persona y otra, pero ¿Qué pasa con el sentimiento real? Regalar un objeto es muy fácil y práctico, pero entregar cariño, comprensión, alegría, hermandad y lealtad, entre otras cosas, cuesta bastante; sobre todo si se pide constancia.

Sinceramente les deseo a todos ustedes una muy FELIZ NAVIDAD, pero en su sentido más humano. Espero que esta noche regalen amor, felicidad, calor, armonía y cariño a sus seres queridos, pero también a los que nos rodean, porque queramos o no, vivimos dentro de una gran esfera llamada Tierra, junto a otras millones de personas que hoy -probablemente- muchos necesiten de un abrazo o hasta del más mínimo gesto humano.

Los reto a que entreguemos cariño a destajo, aunque sólo sea durante estas fiestas, porque el mundo lo necesita. No es tan fácil como comprar un objeto y regalarlo, pero si lo logran no solamente dan, si no que también reciben. Amar y querer es un arte…hay que aprenderla y ejercitarla.

El verdadero sentido de la navidad es esa…compartir el amor y el calor del cariño entre las personas. Si cada uno regalamos amor, podríamos cambiar el mundo; porque como dijo el gran poeta mexicano Amado Nervo: “El amor verdadero hace milagros, porque él mismo es ya el mayor milagro.”